martes, 31 de enero de 2012

El conocimiento

La facultad humana del conocimiento, ha sido indudablemente uno de los primeros temas suscitados en el ámbito de la filosofía; no solamente en cuanto a plantearse la cuestión de si el hombre es capaz de conocer, sino también aquella del grado de verdad de lo que se conoce.
La llamada fenomenología del conocimiento, procura exponer el proceso por el cual el conocimiento se produce, pero intenta hacerlo desde un enfoque puramente filosófico, atendiendo al significado de ser objeto o sujeto del conocimiento. En ese fenómeno filosófico del conocimiento se trasunta una especie de fusión del objeto conocido con el sujeto cognoscente, que obviamente no sería posible en ausencia de cualquiera de ellos.
Pero esa suerte de fusión ocurrente en el conocimiento humano, no tiene lugar en sentido físico y material sino abstracto. El hombre conoce a través de su intelecto, y lo que se incorpora a él no es el objeto mismo, sino su representación; que puede ser una exacta reproducción del objeto conocido - en cuyo caso el conocimiento será verdadero - o no serlo, por lo menos parcialmente - en cuyo caso el conocimiento será falso.

La primera de las cuestiones se suscitan, es la de la posibilidad del conocimiento, para lo cual los filósofos han dado diversos tipos de respuestas:
  • Para el escepticismo, el conocimiento no es posible; lo cual encierra en sí una contradicción, ya que si realmente el conocimiento no fuera posible, tampoco el conocimiento de ello sería posible. En ese sentido, se destaca el planteo de Renato Descartes en su célebre expresión “pienso, luego existo”, conforme a la cual la sola circunstancia de tener dudas implica la apertura de la inteligencia hacia la realidad: no nos es posible dudar de que estamos dudando, y ello constituye algo verdadero tanto como lo es que si estoy dudando es porque existo.
  • Para el dogmatismo, no solamente el conocimiento es posible, sino que las cosas son conocidas tal como ellas son.
  • Las posiciones intermedias, que de alguna manera participan en cierta medida de cada una de las anteriores, admiten que el conocimiento es posible cuando son cumplidas determinadas condiciones; las que se refieren a tomar en consideración las características del sujeto cognoscente, las deformaciones provenientes de los sentidos, o de los preconceptos personales o sociales.

Acto seguido, se plantea la cuestión del fundamento del conocimiento:
  • Para el empirismo, el fundamento del conocimiento radica en la realidad inteligible, considerando incluso como parte de ella las propias ideas en cuanto existen en la conciencia; de tal manera que la experiencia, sea sensible, histórica o interior, es el fundamento del conocimiento.
  • Para el racionalismo, el fundamento del conocimiento reside en la razón, ya no como una realidad inteligible existente en la conciencia, sino como un conjunto de evidencias o verdades eternas.
Por otro lado, también en cuanto a la cuestión del fundamento del conocimiento se plantean las concepciones del realismo y del idealismo.
  • El realismo sustenta que el conocimiento es posible sin necesidad de suponer que la conciencia impone a la realidad determinados conceptos o categorías. Desde el enfoque metafísico, el realismo considera que las cosas existen realmente y con independencia de la conciencia y del sujeto que las conoce. El realismo ingenuo, supone que el conocimiento es una reproducción exacta de la realidad; mientras que el realismo científico - también designado crítico o empírico - indica que no es posible equiparar directamente lo percibido con lo realmente conocido, sino que previamente hay que someterlo a un análisis racional.
  • El idealismo gnoseológico (ya que existen diversas otras acepciones aplicables al idealismo) ha sido una corriente filosófica moderna, sustentada por filósofos como Descartes y sobre todo la corriente denominada del idealismo alemán (entre los que se encuentran Kant, Fichte, Schelling y Hegel). Este idealismo no significa negar la existencia del mundo exterior, sino sostener que la existencia de esos objetos del mundo exterior no es cognoscible mediante la percepción inmediata; y que por lo tanto lo conocido no es el mundo sino una representación del mundo. El idealismo ha sido profesado por muchos filósofos modernos; no obstante lo cual ha perdido mucha fuerza en la filosofía contemporánea.

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