martes, 31 de enero de 2012

La voluntad

En los estudios filosóficos, el tema de la voluntad ha sido encarado tanto como un componente psicológico del hombre, como muy especialmente vinculado a las cuestiones morales o religiosas; y aún desde el punto de vista metafísico, como un motor de los cambios.
La voluntad se presenta como una actividad abstracta, intelectual, del hombre, que se concreta esencialmente en la toma de una decisión, que constituye su fase más propia.
Existe un proceso de la voluntad, en el cual generalmente se reconocen cuatro etapas:
  • El surgimiento o la incorporación en la conciencia, de los motivos, que constituyen determinantes de naturaleza intelectual, representaciones de ideas; de los móviles, que constituyen determinantes de orden emocional o afectivo, representaciones de sensaciones placenteras o de temor al sufrimiento. Lo frecuente, es que los motivos y los móviles, como determinantes de la voluntad, no se presenten en una forma claramente distinguida; sino que por lo común operan de forma entremezclada.
  • La deliberación, considerada como un análisis racional, que en algunos desarrollos acerca de los métodos de la adecuada toma de decisiones se presenta como un estudio cuidadoso y prudente a partir de una enunciación de las opciones planteadas y una evaluación de los factores a favor o en contra, a partir de una representación de las consecuencias de uno u otro tipo que puedan derivarse. Sin embargo, en la práctica, la mayor parte de las decisiones son tomadas de una manera sumamente rápida; sea por prescindir de una detenida evaluación racional a causa de la intensa influencia de factores emocionales, sea porque la previa experiencia - y aún la rutina - elimina una gran parte del proceso racional a su respecto.
De todos modos, debe distinguirse claramente el acto volitivo de la acción ideomotriz. El primero corresponde en alguna medida a un proceso en que participa alguna forma de raciocinio; en tanto que la segunda designa acciones que si bien corresponden fisiológicamente a los fenómenos voluntarios (como caminar, etc.) en realidad se realizan sin un análisis racional específicamente referido a esas acciones, aun que ellas puedan ser instrumentos de cumplimiento de decisiones voluntarias de otro nivel.
  • La decisión, que consiste esencialmente en la formulación de un juicio conclusivo, que cierra el proceso deliberativo con una representación imperativa de una acción futura; aunque en muchos casos se trata de un futuro tan inmediato que practicamente se confunde con el momento mismo de la decisión.
  • La ejecución, que por lo general no está constituída por componentes abstractos o ideales sino por acciones materiales; y que asimismo tiene primariamente un lugar en el tiempo futuro, ya sea que la ejecución esté constituída por la realización instantánea o muy breve de un acto, o que se configure como una sucesión coherente de actos en distintos momentos del futuro. Esta es una etapa que, normalmente, carece de interés desde el punto de vista filosófico; aunque como elemento de la realidad experimental pueda repercutir en algunos aspectos, especialmente en el enfoque moral o ético.

1 comentario:

  1. La volundad es una actitud disciplinaria de las personas para hacer o no hacer algo.

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